Hace dos viernes, un nutrido grupo de residentes de la Residencia Santa Barbara FUNDAZ, fueron en tranvía, acompañados de algunos familiares y trabajadores, a visitar a Nuestra Señora la Virgen del Pilar en su plaza, con su colorido manto de flores, que este año ha lucido como nunca, tras una ofrenda que ha batido récords de participación desde la primera que se realizó allá por el año 1958.
Con esta visita concluyen los actos y celebraciones que hemos disfrutado a lo largo de toda la semana en la residencia. La normalidad vuelve, las fiestas vuelven, la alegría se mantiene.
Muchas y variadas han sido las actividades en honor a Nuestra Patrona que hemos preparado en la residencia. Comenzábamos hace dos o tres semanas preparando en los talleres de manualidades unos broches para todos los residentes.
Como en cada día festivo, el equipo de cocina volvió a regalarnos un espléndido menú compuesto por un cóctel de marisco, unos jarretes de ternasco de la tierra y unos deliciosos profiteroles de crema que nos han dejado un mejor que buen sabor de boca.
Y como en Santa Bárbara nos gusta cuidar todos los aspectos de la persona, celebramos una eucaristía especial del día del Pilar, donde D. Carlos Tartaj, nuestro párroco nos reconfortó con sus palabras de bien, pasando después al jardín a hacer nuestra ofrenda particular.