Aunque algunos bichos se empeñen en robarnos los años, seguimos cumpliéndolos, viviéndolos y celebrándolos con más intensidad y alegría si cabe que nunca, y el pasado sábado volvimos a celebrar la festividad de San Valero, nuestro Patrón.

Y es curioso, porque pasan los días, los meses, los años, e inevitablemente se van borrando algunos de nuestros recuerdos, pero hay cosas que sin saber porqué, quedan grabadas toda la vida, como hemos podido comprobar en la Residencia FUNDAZ Santa Bárbara estos días.

A la pregunta de ¿Qué me puedes decir de San Valero? Todos los residentes, mañicos o no, han respondido de un modo u otro, refiriendose al Santo con algun refrán. Desde Por San Valero, el día entero en el brasero, En San Valero, más día que a primeros, pero sin duda el triunfador de los refranes ha sido San Valero, ventolero y rosconero.

Y este año San Valero se despistó, dejó la Puerta del Carmen bien cerrada y nos dejó disfrutar de un frío amanecer, pero también de un soleado día, que permitió que cada zaragozano, a su manera, le agradeciera su día y su descanso. Ayer sin embargo, la puerta se abrió, seguramente a petición del Santo, por aquello que no paran de recomendarnos que hay que ventilar los espacios, y vaya que si nos ventiló.

Y el roscón, ¿Qué me decis del roscón? Uno de los postres más ricos con su agua de azahar, sus frutas escarchadas, su azuquita, su nata y su sorpresa. Y sorpresa la que en Residencia FUNDAZ Santa Bárbara nos hemos llevado cuando desde el Área de Acción Social y Familia del Ayuntamiento de Zaragoza nos han traído roscones para residentes y trabajadores.

Viento que desintoxica espacios y almas, roscones que endulzan paladares y vidas, profesionales que nos acompañan en nuestro día a día y gente buena que no se olvida que un día nosotros, fuimos ellos.